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Brendan Fraser se alzó esta pasada noche con el Oscar a mejor actor protagonista por su papel en ‘La ballena’, en la que interpreta a un profesor con obesidad mórbida, una enfermedad que provoca que el peso sea al menos 45,5 kilos superior al ideal de la persona o que se sitúa en un 100% del que debería tener, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Durante la preparación de su trabajo en esta cinta, Brendan Fraser se reunió con la Obesity Action Coalition, una asociación que ayuda a las personas afectadas por la obesidad y que busca concienciar por esta enfermedad. De hecho, el actor estadounidense ha destacado durante la promoción de la película que confía en que ésta pueda cambiar la percepción que la sociedad tiene de la obesidad, sobre la que considera que es “una de las últimas normas aceptadas de prejuicios e intolerancia”.
De este modo, la Academia de Hollywood aporta visibilidad a una enfermedad -la obesidad mórbida- que puede estar asociarse con otros trastornos de salud, cuyas limitaciones en quienes los tienen pueden determinar un grado por discapacidad.
La presencia de la discapacidad tuvo su punto álgido en la ceremonia de los Oscar del año pasado, cuando la Academia de Hollywood convirtió a ‘CODA’ en la gran triunfadora de la noche al concederle el premio a la mejor película, mejor guion y mejor actor secundario (Troy Kutsor, persona con sordera).
La película cuenta la historia de Ruby, el único miembro con audición de una familia de personas con discapacidad auditiva que descubre su talento para la música, un descubrimiento que hará que tenga que afrontar un dilema.
La discapacidad, en los Oscar
A lo largo de la historia de los Oscar, la discapacidad ha estado presente en películas como ‘Mi pie izquierdo’ (1989), que obtuvo dos estatuillas (actor principal y actriz secundaria), en la que se narra el periplo vital del pintor y escritor irlandés con parálisis cerebral Christy Brown; ‘Forrest Gump’ (1994), que logró seis premios (película, director, actor, guion adaptado, montaje, efectos visuales), en la que se entrelaza la vida de una persona con discapacidad intelectual con episodios clave de la historia de EEUU durante varias décadas; o ‘Rain Man’ (1988), que ganó cuatro distinciones (película, director, actor y guion original), y que se adentra en la relación entre dos hermanos, uno de ellos con autismo, que siempre ha vivido en un centro especial.
Caso aparte merece ‘Los mejores años de nuestra vida’ (1946), que consiguió siete estatuillas (película, director, actor principal, actor secundario, guion, montaje y banda sonora) y que narra la historia del regreso a casa de tres veteranos tras la Segunda Guerra Mundial. El ganador del Oscar al mejor actor secundario, Harold Russell, uno de los dos únicos intérpretes ajenos a la profesión de actor que han sido premiados, perdió las dos manos durante el conflicto.
La Academia de Hollywood ha reconocido este año a Brendan Fraser como mejor actor por su papel en ‘La ballena’, que cuenta la historia de un hombre con obesidad mórbida que intenta recuperar su relación con su hija.
La redención, el tema principal de la cinta, es también protagonista en la vida de un actor que tras su éxito con ‘George de la jungla’ (1997) y la saga de ‘La momia’ (1999, 2001 y 2008), vio cómo su carrera cayó en el ostracismo hasta que Darren Aronofsky lo reclutó para este filme que le ha reportado su primer Oscar y otros galardones.
De hecho, cuando recogió el premio del sindicato de actores pronunció un emotivo discurso en el que comparó la situación de su personaje con los malos momentos por los que ha atravesado en su carrera, llegando a animar a aquellos compañeros de profesión que están viviendo un momento similar al que él atravesó.
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