· Servimedia
Carmen López es un asturiana única porque no sólo es doble medallista de oro en el Mundial de Surf Adaptado, sino que además se ha convertido en la primera instructora ciega de Europa de perros de asistencia. Con este currículum podría estar en la cresta de la ola, pero la joven se lamenta de que “resulta difícil lograr patrocinios cuando se es mujer en un deporte minoritario y además adaptado”.
La ovetense está acostumbrada a remar contracorriente, ya que un glaucoma congénito que le hizo perder la visión. Carmen lejos de ser una persona corta de miras siempre tiene la mirada puesta en nuevos horizontes, especialmente en el terreno deportivo.
“Fui una niña muy deportista”, asegura en una entrevista a Servimedia. “Durante seis años hice patinaje artístico. Además, monto a caballo desde los tres, practico natación, gimnasia rítmica, escalada, esquí, boxeo y aikido”, enumera la deportista, casi hasta perder la respiración. “Así que cuando me dijeron ‘anímate y sube a una tabla de surf’ ni me lo pensé”, recuerda esta mujer todoterreno.
En 2012, Carmen colaboraba como voluntaria en la asociación Patos Salvajes, que promueve la práctica del deporte adaptado entre jóvenes con discapacidad intelectual. “En unas jornadas sobre surf tuve la ocasión de conocer a otras personas con discapacidad que lo practicaban y me enganché”, recuerda.
La ovetense no sólo tuvo que enfrentarse a la bravura del Mar Cantábrico, sino también a la barrera de quienes no se atrevían a enseñar a hacer surf a una persona ciega. Reconoce que al principio no fue fácil encontrar a un profesional que le guiase hasta que en el año 2018 conoció a Lucas García, su entrenador, su guía y tras cinco años juntos sobres las olas, un amigo. “Me iba a dar diez clases de iniciación al surf y ya llevamos cinco años juntos compitiendo”, relata.
A lo largo de este tiempo han ido diseñando un lenguaje propio porque, como asegura la deportista, “el surf adaptado es algo muy nuevo y cada uno tiene que ir probando lo que le funciona”. “Cuando empezamos Lucas y yo, él me gritaba para darme las indicaciones, pero el sonido del oleaje me dificultaba escucharlo con claridad. Entonces descubrimos que el silbido de Lucas, que es bastante potente, sí lo podía percibir desde cualquier lugar”, explica.
Lucas son los ojos de Carmen mar adentro. “Él me silba una vez si la ola viene de la izquierda, dos si es de la derecha, o tres (o un silbido largo) si por alguna razón me tengo que tirar de la tabla”, detalla. Su entrenador selecciona las olas, pero ella ha aprendido a escuchar su lenguaje. “Aprendes a interpretarlas tanto por el movimiento como por el sonido”, afirma Carmen. “Si se trata sólo de espuma puedo cogerla sola. Si es una ola sin romper que no hace ruido necesito apoyo visual”, relata.
Sobre la tabla se establece un vínculo especial entre Carmen, Lucas y el mar. “Cuando estás haciendo surf, la gente se fija en cómo tomas la ola y no ve a Carmen, 'la chica ciega'. Fuera del agua las personas reparan en que haces las cosas de modo diferente, en que llevas un bastón o que vas acompañada de un perro”, asevera.
Una marea de premios
En el mar no existen barreras y esta sirena asturiana se desliza sobre las olas como nadie. Su maestría le ha hecho que, pese a su juventud, atesore un palmarés envidiable. La primera medalla de bronce la ganó en el Campeonato del Mundo de surf celebrado en California en 2018, tan solo seis meses después de haberse puesto de pie por vez primera sobre una tabla. Ante el asombro de todos se convertía en la primera mujer española que participaba en esta prueba deportiva.
“Yo sólo iba a disfrutar de la experiencia ya que llevaba tan sólo medio año practicando con la tabla y fue una sorpresa quedar cuarta”, cuenta. “Lo recuerdo como un momento de lucha, pero en desigualdad de condiciones porque había rivales que tenían resto visual y yo no veo nada”.
En 2020, regresó al Mundial de California, donde subió al podio en dos ocasiones para llevarse el oro. “Quedar campeona del mundo en menos de un año y medio fue algo brutal y luego lograr la medalla de oro por equipos fue un sueño hecho realidad. Era el esfuerzo colectivo de todos reflejado en esa medalla”, recuerda con orgullo. “En 2021 fuimos al Campeonato de España y al del Mundo y quedamos segundos por equipos y segundos en mi categoría”.
Pese a este tsunami de medallas, la asturiana asegura que “no cuenta con los apoyos económicos suficientes” para mantenerse a flote. “Creo que a veces no creen en lo que yo hago”. Sin embargo, Carmen es una mujer dispuesta a dejar su estela marcada en la historia, no sólo deportiva. De hecho, recientemente la joven fue noticia por convertirse en la primera persona con ceguera de toda Europa en obtener el certificado de profesionalidad de instrucción de perros de apoyo.
“Estoy dando unas charlas acera de este tipo de canes, sobre cómo mejoran la calidad de vida y la autonomía personal de las personas con cualquier tipo de discapacidad”, relata. Además, entrena a diario porque su sueño es competir en unas paralimpiadas. “En París el surf será olímpico por primera vez, pero no el adaptado. Así que espero que sea en Los Ángeles 2028”. Así es Carmen, una mujer sin límites, cuyo único horizonte lo dibuja el mar.
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