La importancia de la Salud Mental en España y el mundo
No importan cual sea la edad que tengas, seguramente has experimentado o atravesado problemas en la vida, ausencia, dolores, angustias que te han ocasionado momentos de tristeza o desazón. Estar triste es parte de algunas etapas de la vida, o de ciertos momentos traumáticos tales como rupturas de relaciones, accidentes, muertes, violencias, abusos, etc.. Estar triste no significa que tengas depresión, pero cómo superamos este tipo de experiencias que a veces nos toca vivir dependerá de los soportes económicos, sociales y afectivos con los que contamos para apoyarnos
Ya sea que estés preocupado/a por ti, por un amigo/a o por un familiar estos consejos podrán servirte de orientación ante síntomas o características que pueden relacionarse con una posible depresión.
Hace pocos días se conmemoró el 'Día de lucha contra la depresión' y desde DISCAPNET entendemos que es igual de importante cuidar de tu salud mental tanto como de tu salud física.
El 13 de enero se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Depresión con el objetivo de sensibilizar y concientizar sobre esta patología vinculada a la salud mental que afecta aproximadamente a 280 millones de personas en el mundo.
Guardar silencio no es la solución
Existen ocasiones en las cuales nos cuesta hablar o compartir nuestros problemas, quizás porque pensamos que no son tan importantes como los del resto (por ejemplo: que vaya mal en un examen), por vergüenza (por ejemplo: cometimos un error, hicimos o dijimos algo de lo cual nos arrepentimos), por bronca (a veces hay ciertas emociones que no logramos controlar del todo) o por falta de herramientas que nos permitan comunicar cómo nos sentimos (timidez, problemas en el habla o el oído, falta de tiempo o dinero, o simplemente no contamos con vínculos que nos den la seguridad para expresarnos).
Guardar silencio no es la solución. Siempre se puede encontrar una manera para compartir nuestras inquietudes, miedos o temores.

Si encuentras que tú o alguien a quien quieres padece uno o varios de los síntomas que vamos a mencionar a continuación, (u otros que quizás aquí no están identificados) que te/le impiden vivir la vida con plenitud es necesario encontrar a alguien con quien hablar del tema o buscar ayuda de un profesional.
- Estado de ánimo continuo de tristeza
- Desesperanza
- Falta de motivación para ejercer o cumplimentar tareas y responsabilidades (o incluso participar en actividades lúdicas, deportivas o sociales)
- Ansiedad o sensación de vacío frecuente
- Deseo de llorar constante
- Sentimientos de culpabilidad, inutilidad o impotencia
- Dificultad para quedarse quieto/a
- Extrema irritabilidad
- Disminución de energía o fatiga constante
- Mayor lentitud o dificultades para moverse o hablar
- Problemas para concentrarse, recordar o tomar decisiones
- Dificultades para conciliar el sueño, despertar demasiado temprano o quedarse dormido/a en cualquier momento o circunstancia
- Falta de apetito o aumento incontrolable del mismo (angustia oral)
- Pérdida o aumento de peso sin control
- Consumo excesivo de alcohol o drogas
- Autolesiones, golpes graves por distracciones frecuentes, autoagresiones.
- Recurrencia de pensamientos de suicidio (o intentos de suicidio)
Tratamiento
Aunque pueda parecer difícil en un comienzo existen miles de personas que han logrado superar la depresión con uno o varios tratamientos combinados.
Una de las actividades más recomendables en el caso de que sientas que puedes sufrir de depresión es comenzar con terapia de diálogo. La terapia con un/a profesional de salud mental o psicoterapia te proporcionará un espacio seguro en el cual podrás compartir tus angustias y problemas, o incluso de ser necesario, podrán derivarte a un psiquiatra que te indicará cuales son los medicamentos que debes tomar para superar una crisis puntual o un estado depresivo.
Cabe destacar que los medicamentes como estabilizadores emocionales o antidepresivos han mejorado considerablemente en tanto a su composición y efectos, pero no siempre resultan necesarios, y cada cuadro debe ser analizado en particular.
La combinación de psicoterapia con medicamentos adecuados suele ser “el salvavidas” que permite a muchas personas “salir a flote”, recuperar el deseo (alimentación, sexo, vínculos, actividades) y vivir una vida mejor.
Depresión en niños, niñas y adolescentes
Desde la infancia pueden existir indicios que determinen que un niño o una niña puede padecer depresión. Existen investigaciones actuales que demuestran que en muchos casos los padres y madres suelen subestimar seriamente la intensidad este trastorno mental cuando se trata de sus hijos.
Según estudios de la Universidad de Navarra “aproximadamente un 5%, o uno de cada 20 niños y adolescentes, tendrá un episodio depresivo antes de cumplir los 19 años. La realidad es que menos de la mitad de estos niños reciben un tratamiento adecuado”.
Los niños, niñas y adolescentes que padecen depresión suelen tener síntomas parecidos a los de los adultos, aunque también pueden experimentar otros síntomas específicos y diferentes según la edad y la etapa evolutiva en la cual se encuentren.

Aunque los cambios de humor puedan parecer algo normal en la adolescencia cuando estos se manifiestan de forma intensa pueden indicar algún tipo de “distimia”, considerada como un estado de depresión ligera, pero de larga duración o enfermedades maniaco-depresivas como la bipolaridad, la cual si es adecuadamente medicada puede controlarse y proporcionar una mejor calidad de vida para los y las pacientes.
En los casos de depresión infantil uno de los signos a los cuales los padres, madres y tutores deben prestar especial atención es la baja en el rendimiento, el mal comportamiento o las agresiones con compañeros de sala o curso y el cruce de los límites de las normas de convivencia o actos delictivos.
Hiperactividad, violencia o extrema irritabilidad son indicios sobre los cuales puede esconderse una incipiente depresión, aunque si estos episodios o actitudes son poco frecuentes o aisladas no debe catalogarse como una definición de la misma, ya que serán los profesionales de salud mental quienes determinen un diagnóstico certero.
En niñas y niños con discapacidad intelectual, los trastornos depresivos u otros trastornos del estado de ánimo suelen manifestarse mediante síntomas somáticos y alteraciones conductuales. (ver apartado depresión y discapacidad).
El trastorno de desregulación disruptiva es una alteración en el estado de ánimo que implica irritabilidad persistente y frecuente. Además, suelen ocurrir episodios de comportamientos fuera de control. Este tipo de trastorno suele desarrollarse entre los 6 años y 10 años. Muchos niños y niñas también padecen otros trastornos como: trastorno trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), desafiante oposicional o trastornos de ansiedad. Los diagnósticos no se realizan con anterioridad a los 6 años o después de los 18 años.
El trastorno depresivo mayor es un episodio depresivo característico que suele durar entre una y dos semanas. Se observa hasta en el 2% de niños y niñas y en el 5% de los adolescentes. A pesar de que este trastorno puede aparecer por primera vez a cualquier edad es más frecuente después del desarrollo de la pubertad, y sin un tratamiento adecuado la depresión mayor puede durar entre seis meses y un año. El riesgo de que los episodios se repitan es mayor en pacientes que han experimentado episodios de gravedad, que son jóvenes, o que han sufrido múltiples episodios.
Los antidepresivos tienen una eficacia limitada en niños, niñas y adolescentes, aunque los beneficios parecen ser mayores que los riesgos. El mejor enfoque resulta de la combinación de tratamiento farmacológico con la psicoterapia y la minimización de riesgos de autolesiones y suicidios al monitorizar de cerca el o los tratamientos.
Independientemente de si se usan drogas como antidepresivos, el suicidio es siempre una preocupación en un niño, niña o adolescente con depresión, es por ello que se recomiendan los siguientes estudios complementarios para reducir los riesgos:
- Es recomendable que el niño, niña o adolescente sea supervisado en un nivel adecuado.
- Se procurará que el niño, niña o adolescente pueda mantener con independencia, en el marco de sus posibilidades, una vida social y actividades acordes a su nivel de desarrollo.
- Profesionales de salud mental, padres, madres y tutores deben discutir y reflexionar en profundidad sobre los problemas que manifiesta el/la paciente y sus posibles causales.
- La psicoterapia, de manera regular, debe funcionar como uno de los pilares básicos para el tratamiento.
Depresión en adultos mayores
Con el paso del tiempo nuestros cuerpos y mentes van sufriendo un determinado desgaste físico-emocional. Por ejemplo, perder a amigos y seres queridos es más frecuente con el paso del tiempo, o que ya no tengamos la misma velocidad o resistencia que antes para realizar ciertas actividades.
Una caída que provoque una fractura de difícil rehabilitación, el temor o terror a que esto vuelva a ocurrir ( y su consecuente inactividad), o la pérdida de memoria vinculada a personas con Alzheimer pueden ser causas relacionada con síntomas de depresión en adultos mayores.
Además, en muchas ocasiones los adultos mayores deben dejar sus hogares originales para vivir en residencias, casas de adultos mayores o geriátricos. Este desapego a lo que resultaba propio y conocido puede traer aparejadas dificultades de adaptación al nuevo entorno.

Para determinar si realimente el adulto mayor sufre de depresión es recomendable que su médico realice una evaluación de salud mental, y además sería oportuno realizar un examen físico para descartar hipotiroidismo, anemia por deficiencia de vitamina B12 u otras causales.
Cabe considerar que la ingesta de ciertos medicamentos puede favorecer estados anímicos bajos, pérdida de apetito o desgano, lo cual también puede indicar signos de un cuadro depresivo.
Actividades físicas como caminatas o natación, participar de reuniones sociales, comer de manera saludable y mantener la mente ágil completando crucigramas, jugando a las cartas o participando en juegos de estrategia son buenas opciones para prevenir posibles depresiones.
La psicoterapia y una correcta medicación (de ser necesaria) suelen ser las mejores aliadas para enfrentar este trastorno que afecta al 13.5 % de la población mundial de adultos mayores, y en España representa que una de cada cuatro personas mayores de 65% sufra algún tipo de trastorno depresivo.
Depresión en personas en situación de discapacidad
No existen muchos estudios que profundicen sobre el vínculo que existe entre enfermedades mentales en personas con discapacidad intelectual, auditiva, física y/o visual. Sin embargo, las personas con discapacidad son unos de los grupos sociales que presentan una mayor probabilidad de padecer, en alguna etapa de sus vidas, cuadros depresivos de menor o mayor intensidad.
Las presiones de la vida actual, las actividades escolares o laborales (o la falta de oportunidades en este ámbito), los vínculos familiares, y otras presiones (como por ejemplo la dependencia económica) a las cuales suele estar sometidas las personas con discapacidades son factores que general un alto estrés. Estas presiones individuales y sociales, sumadas a inseguridades o problemas de baja autoestima pueden ser causales que desencadenen tendencias depresivas, que, de no ser tratadas a tiempo, pueden ocasionar grandes daños en la calidad de vida de personas en situación de discapacidad.
Los problemas de comunicación o movilidad, el aislamiento y las dificultades a las que esta población se enfrenta en su vida cotidiana pueden repercutir negativamente en el proceso de relación e integración social. Las personas con distintas discapacidades o que sufren enfermedades crónicas suelen enfrentar dificultades de tipo práctico y/o social.
El riesgo de desarrollar problemas de salud mental (como la depresión) resulta de 2 a 10 veces mayor en personas con discapacidades o enfermedades crónicas.
Identificar los síntomas y establecer un diagnóstico acertado es la mejor garantía de que se está afrontando adecuadamente un posible cuadro de depresión.
Cuando nos encontramos ante una posible depresión en personas con discapacidades es indispensable contar con el máximo de apoyos posibles, ya sean familiares, amigos y/o profesionales que brinden un sostén de carácter integral. El apoyo emocional y afectivo resulta fundamental.
Brindar herramientas de comunicación, abrir espacios para el diálogo y favorecer instancias en las cuales las personas con discapacidades se sientan seguras y en confianza para solicitar ayuda pueden ser factores claves para acompañarlos/las y ofrecerles un tratamiento adecuado a sus necesidades.
Fecha de revisión: 07/02/2023