El diagnóstico de los problemas de espalda se tiene que basar fundamentalmente en una buena historia clínica y una exhaustiva exploración del paciente. La elección de pruebas a realizar depende de los síntomas que el enfermo refiera, así como del modo de aparición del dolor. Las pruebas serán diferentes si el dolor es de aparición brusca, es decir agudo; o de aparición lenta y gradual, es decir, de tipo crónico.

Tipos de técnicas de los problemas de espalda
Cuando el problema es de reciente aparición y sin antecedentes previos de dolor de espalda, normalmente no es necesario recurrir a medios de diagnóstico de los problemas de espalda sofisticados, pruebas sencillas como una radiografía simple de columna o alguna prueba analítica suele ser suficiente.
En estos casos, las pruebas no suelen añadir información alguna a la ya obtenida con el interrogatorio del paciente y la exploración. Si el problema no cede con el tratamiento en cuatro o seis semanas, se debe recurrir a técnicas de diagnóstico de los problemas de espalda más complejas.
Estas pruebas complejas se solicitan en casos agudos cuando se sospecha una fractura a causa de traumatismos de gran intensidad, por ejemplo, un accidente de tráfico o un accidente laboral. También se deben pedir estas pruebas en casos en que se sospeche un tumor maligno, una infección o una hernia discal, además se utilizan en casos donde el enfermo lleva gran cantidad de tiempo en tratamiento sin mejoría o presenta un déficit neurológico con debilidad muscular o falta de sensibilidad.
Las distintas técnicas que se utilizan hoy en día en radiología son fundamentales en el diagnóstico de los problemas de espalda para detectar las causas del dolor, sobre todo en el caso de las enfermedades crónicas.
En casos agudos banales no es necesario el empleo de estas técnicas, aunque en muchas ocasiones es muy útil este tipo de exploraciones, ya que al no encontrar ninguna alteración se descarta un proceso grave. La radiología no sólo es importante porque permite llegar al diagnóstico de los problemas de espalda para detectar las enfermedades de la columna vertebral, sino porque además muestra la evolución de la enfermedad y la efectividad del tratamiento.
Radiología simple
La radiografía simple es la más sencilla de las técnicas radiológicas, pero no por ello la menos útil. A pesar de esto, la gran mayoría de los problemas de la columna vertebral pueden ser diagnosticados con ella.
Las radiografías simples se suelen obtener en dos posiciones para poder ver la columna de adelante atrás y desde un lado. Cuando se quieren ver las primeras vértebras cervicales se deben realizar proyecciones específicas como la radiografía transoral.
En la radiografía simple se puede ver la posición de la columna, la forma de las vértebras, la densidad del hueso y la existencia de fracturas. También se puede apreciar la altura de los discos, pudiendo sospechar la existencia de algún problema.
No existen dudas acerca del tremendo valor de la radiografía simple como método de diagnóstico de los problemas de espalda en la patología de la espalda, pero tampoco hay que abusar de su uso, puesto que no es una técnica inocua. Como se sabe, la radiografía supone el uso de radiaciones X, que usadas en cantidades altas pueden dar problemas graves, sobre todo en mujeres embarazadas y en niños.
La radiación no se elimina, sino que se va acumulando a lo largo de la vida. Para evitar su uso innecesario es muy importante ser muy selectivo a la hora de pedir una radiografía.
La tomografía axial computarizada (TAC)
Esta prueba es conocida popularmente como scanner. Su popularidad se basa en que mediante esta técnica se pueden obtener imágenes, no sólo del hueso, sino también de los discos, la médula y los nervios radiculares, algo que no puede ofrecer la radiología simple.
Para realizar el examen con TAC de un paciente, se le coloca a este tumbado en una especie de camilla que va moviéndose y pasando a través de una especie de arco redondo similar al tambor de una lavadora, por donde los rayos se van a emitir. La técnica se basa en hacer una gran cantidad de radiografías como si se estuviera cortando al paciente en lonchas y luego, mediante un ordenador, se juntan todas esas imágenes, lo que da una idea de conjunto.
Para hacerse una idea basta con un ejemplo muy simple, si se hiciese una radiografía de una sandía, podría observarse su forma exterior más o menos redonda y la cáscara, pero si le hace una TAC, podría verse la sandía cortada a un nivel determinado y observar cómo están distribuidas sus semillas a nivel de ese corte. Con la TAC se podrían tener las imágenes de todos los cortes que se quieran hacer pidiéndoselo simplemente a la máquina. En el caso de la columna, se puede pedir al ordenador de la máquina que muestre imágenes de la vértebra y de los discos como si se fuesen cortando cada pocos milímetros.
La TAC es una excelente prueba para el diagnóstico de los problemas de espalda en caso de lesiones discales, así como de aquellas lesiones que afectan al hueso de la vértebra, como son las infecciones y los tumores.

Inconvenientes
A pesar de que la técnica es indolora, a veces es difícil de realizar en enfermos que no pueden aguantar un tiempo largo sin moverse dentro del aparato, como pueden ser los niños, los enfermos mentales o los enfermos agitados. Otros inconvenientes son el alto coste de la prueba y las altas dosis de radiación a las que se expone al paciente, no pudiéndose utilizar en embarazadas.
Resonancia magnética
Las posibilidades de detectar alteraciones de la columna vertebral a través de la radiología han ido mejorando progresivamente desde el descubrimiento de los rayos X hace 100 años. El último gran hito dentro de la radiología fue el descubrimiento de la resonancia magnética en los años 80, ya que esta prueba ha constituido una auténtica revolución que ha hecho que vaya desplazando a otras técnicas utilizadas hasta entonces.
Hoy en día, muchos profesionales de la medicina consideran esta prueba de elección en muchos problemas, como es el caso de las enfermedades de la columna vertebral, sobre todo a nivel de la columna lumbar. La resonancia es capaz de dar imágenes muy detalladas de la anatomía, lo que ha permitido explicar y observar detalles que antes eran desconocidos.
Hay que puntualizar que, aunque de extraordinario valor, esta prueba no debe sustituir a una buena historia o a una buena exploración clínica, que siguen siendo el pilar sobre el que se debe apoyar un buen diagnóstico de los problemas de espalda.
La exploración consiste en someter al cuerpo humano a un campo magnético. Este hace que un componente del agua que forma parte de los tejidos del cuerpo, como es el hidrógeno, se vea alterada por dichos campos magnéticos, emitiendo una señal que son ondas de radiofrecuencia, ondas parecidas a las de la radio. Estas pueden ser captadas por un receptor y ser posteriormente transformadas en imágenes.
Esta explicación, excesivamente simplificada, permite apreciar la complejidad y el grado de sofisticación de esta técnica. No obstante, los aparatos de resonancia magnética están continuamente mejorando, siendo cada vez más potentes y con mayor capacidad de resolución.

Ventajas
Una ventaja añadida de la resonancia magnética es que no somete a radiaciones al paciente, evitando así el efecto perjudicial de las mismas, pudiendo ser utilizada por ello en embarazadas sin riesgos.
Inconvenientes
La principal desventaja de esta técnica es que se precisa estar dentro del aparato inmovilizado durante mucho tiempo. Debido a este problema, hay una gran tasa de abandonos antes de acabar la prueba en pacientes que tienen claustrofobia o miedo a los espacios cerrados y estrechos, puesto que normalmente el paciente tiene que estar tumbado en un espacio parecido a una caja de paredes estrechas y cerca de la cara.
Estos dos inconvenientes se ven ampliamente superados por la gran eficacia de esta técnica como prueba diagnóstica, muy por delante de todas las demás. Es de esperar que mejore mucho en un futuro próximo, consiguiendo aparatos más potentes, más rápidos y con menos inconvenientes para los pacientes.
Con toda seguridad, la resonancia magnética se va a imponer y extender como el medio diagnóstico de los problemas de espalda exacto del futuro inmediato, haciendo que desaparezcan otras pruebas.
Resultados
Cuando se comparan las imágenes de resonancia con lo hallado en las intervenciones quirúrgicas, hay un 82,6% de exactitud. Es decir que, de cada 10 resonancias magnéticas que se realizan, en 8 el diagnóstico de los problemas de espalda por la resonancia es exacto y corresponde a lo que aparece en quirófano. Estas cifras son similares a las de la TAC y superiores a los de la mielografía, que tiene una cifra de fiabilidad de un 71,8%.
En casos de duda, se puede utilizar la resonancia con gadolinio, que es una sustancia que aumenta el contraste entre las imágenes que proceden de aquellos tejidos con mucho riego sanguíneo y aquellos tejidos que no tienen dicho riego.
Hay que destacar que se pueden ver imágenes de hernia discal lumbar en un 20% de pacientes menores de 60 años, sin que tengan en la actualidad ninguna molestia en la espalda ni la hayan tenido anteriormente. Esta cifra se eleva a un 36% cuando la edad es por encima de los 60 años. Es decir, que en las columnas vertebrales lumbares normales de personas sanas se pueden encontrar imágenes de hernia discal sin que le produzcan al paciente problema alguno.
Esto hay que tenerlo en cuenta porque se puede estar operando a un gran número de pacientes de hernia discal sin que sea necesario. La decisión de operar una hernia discal se debe basar, fundamentalmente, en la historia clínica y la evolución del paciente y no en las imágenes obtenidas en una resonancia, aunque esta sea una prueba de una fiabilidad enorme.
Mielografía
La mielografía se suele utilizar en los mismos casos que la resonancia, pero es una técnica en la que se requiere hacer una punción lumbar, pinchando al paciente en la espalda con el fin de introducir una sustancia con contraste radiológico dentro del canal medular. Esto supone una molestia para el paciente tanto por el dolor del pinchazo como por los efectos del mismo, como vómitos o los dolores de cabeza.
Razones todas que hacen que esta prueba haya sido prácticamente desplazada por la TAC y por la resonancia. Se sigue utilizando en aquellos centros que no tienen resonancia o en aquellos casos en que el enfermo no quiera realizarse la resonancia por claustrofobia o por tener objetos metálicos dentro de su cuerpo que puedan distorsionar las imágenes.
Ecografía
Esta técnica se utiliza poco como diagnóstico de los problemas de espalda por no aportar una gran información en la mayoría de los casos, excepto en aquellos problemas que afectan a los tejidos blandos alrededor de las vértebras, como son los quistes, las roturas musculares o los tumores de partes blandas.
Gammagrafía ósea
Este método de diagnóstico de los problemas de espalda se basa en introducir a través de las venas un producto radiactivo que se deposita en el hueso con gran facilidad. La cantidad acumulada se puede medir con un contador radiactivo.
Normalmente, la cantidad de radiactividad que se mide en todas las vértebras es similar.
Cuando existe alguna enfermedad que afecta al hueso de la vértebra, la captación del contraste radiactivo deja de ser igual al de las otras vértebras que están colocadas por encima y por debajo, señalando la existencia de un problema a ese nivel.
Inconvenientes
El inconveniente de esta prueba es que es muy inespecífica. No sirve para dar un diagnóstico de los problemas de espalda exacto, solamente dice que existe algo anormal a ese nivel, teniendo posteriormente que investigar más a fondo con otras pruebas más exactas como la Tomografía axial computarizada y la resonancia magnética.
A pesar de su inespecificidad, la gammagrafía ósea es de gran valor porque con ella se puede hacer una revisión de todos los huesos del organismo de una sola vez.
Ventajas
Una gran ventaja de esta prueba es que muestra que existen alteraciones de una forma muy temprana, mucho antes de que aparezcan alteraciones en la radiografía e incluso antes de que el paciente empiece a quejarse.
Termografía
Esta prueba diagnóstica se basa en el hecho de que algunos cristales cambian de color con las distintas temperaturas. Esta curiosa propiedad se puede aprovechar aplicando estos cristales a la piel con objeto de detectar si existe un aumento de temperatura en los tejidos por debajo de esa piel, situación que se da en todas aquellas áreas que sufren un proceso inflamatorio como es el caso de tejidos inflamados por enfermedades reumáticas o por traumatismos, así como por infecciones y tumores.
La termografía se considera una prueba con valor judicial. A partir de esta se puede intentar demostrar si el paciente está fingiendo tener un problema en una zona determinada.
Densitometría ósea
Este método se viene utilizando en los últimos 10 años como una prueba de reconocido valor para el diagnóstico de los problemas de espalda por la osteoporosis que afecta a la columna vertebral. Además, es un magnífico método de seguimiento para comprobar si el tratamiento del dolor de espalda está siendo efectivo o no. Se sabe que un descenso del 10% en la densidad del hueso duplica las probabilidades de fracturas.
Técnicas para medir la densidad ósea
Existen varias técnicas, pero la más utilizada es la llamada absorciometría fotónica dual con fuente de rayos X (DEXA), que consiste en enviar unos haces de rayos X a través de las vértebras y ver qué cantidad de rayos la atraviesan.
Cuando la vértebra tiene una gran cantidad de calcio es más densa, pasando menor cantidad de rayos, mientras que en las vértebras osteoporóticas, al tener menor cantidad de calcio y estar, por tanto, más huecas, la cantidad de rayos que las atraviesen será mayor. Los resultados se dan en gramos de mineral por centímetro cuadrado. Dependiendo de las cantidades obtenidas, que indican la gravedad del cuadro, se debe aplicar un tipo de tratamiento u otro.