En España hay detectados millones de casos de personas con dolor de espalda causado por diversos problemas. Muchos de los cuales se podían haber previsto y evitado.
Esta guía explica las causas del dolor de espalda, sus síntomas y tratamientos más efectivos.
Analiza detalladamente los problemas de espalda más comunes, tales como las contracturas musculares, la escoliosis, la lumbalgia...
Se completa con consejos de prevención para la vida diaria, en la práctica deportiva y en el trabajo, tanto para las personas que padecen dolor de espalda, como para aquellas que nunca lo han padecido.
Se incluirán cuadros gráficos, resúmenes, glosario, bibliografía y direcciones útiles y se propondrán medidas para prevenir y paliar los distintos dolores de espalda como la utilización de camas articuladas.
El dolor de espalda
¿Cómo saber por qué se produce el dolor de espalda?
En más del 90% de los pacientes, el dolor se debe a una afección de la propia espalda. Esas son las que se denominan "afecciones mecánicas":
- Se reconocen porque el dolor varía con las posturas, los movimientos y los esfuerzos, y no se acompaña de ningún signo de enfermedad general, como fiebre o pérdida de peso.
- La mayoría de las afecciones "mecánicas" se deben a un mal funcionamiento de la musculatura de la espalda. Otras veces, pueden ser debidas las lesiones estructurales de los componentes de la columna vertebral, como fisuras, protrusiones o hernias del disco intervertebral.
- En algunos casos, es imposible determinar con exactitud cuál es el origen del dolor.
- El dolor causado por las afecciones mecánicas se debe a la activación de los nervios que transmiten dolor, y puede acompañarse de contractura muscular e inflamación.
Una dolencia muy frecuente
El dolor de espalda es una queja extraordinariamente común entre los pacientes que acuden al médico. Uno de los conceptos generales es que se calcula que 1 de cada 6 personas que acude a las consultas médicas lo hace por un problema de espalda y que el 80% de las personas sufrirá al menos un episodio de dolor de espalda a lo largo de su vida.
El conocimiento de las enfermedades que originan dolor de espalda y su diagnóstico está mejorando de manera espectacular. La introducción de la tomografía axial computarizada (TAC) y la resonancia magnética en el diagnóstico de los problemas de la columna, ha significado un avance notable. Muy importante ha sido también la utilización de avanzados sistemas tecnológicos en la cirugía de la columna y sobre todo en la cirugía de la hernia discal, con el uso de la microcirugía de la columna, el láser y los sistemas de fijación vertebral.
No hay duda de que el mejor método de tratar un problema es evitando que éste se produzca. La prevención de las lesiones de espalda está en plena actualidad con la aplicación de tratamientos de la osteoporosis para evitar los aplastamientos vertebrales y con la creación de servicios de rehabilitación que incluyen escuelas de espalda y de fisioterapia de la columna, que tienen como finalidad la educación de la población en el mejor cuidado de la columna vertebral evitando así las lesiones.
Los avances tecnológicos
Otro de los conceptos generales es que el futuro del diagnóstico y del tratamiento de los problemas de espalda es muy esperanzador, debido a los grandes esfuerzos de muchas compañías en el desarrollo de tecnología aplicada a la medicina. Próximamente aparecerá en nuestros hospitales la tomografía axial computarizada helicoidal, un nuevo hito en la radiología, y no se tardará en ver las últimas generaciones de equipos de resonancia magnética mucho más potentes y rápidos.
Grandes cambios se avecinan también en el tratamiento de las lesiones de la columna con la introducción de las técnicas laparoscópicas que van a permitir realizar operaciones a través de incisiones mínimas, por las que se introduce un instrumental miniaturizado conectado a cámaras de televisión microscópicas se podrá extirpar un disco o lograr una fusión entre dos vértebras de una manera menos agresiva, permitiendo así una recuperación del paciente muy rápida y con menos complicaciones.
Sin lugar a dudas, estos espléndidos avances tecnológicos van a exigir al médico un gran esfuerzo de actualización, lo que a su vez supone una mayor exactitud en la localización de los problemas y una mayor eficacia en resolverlos.
Anatomía de la columna vertebral
La columna vertebral está formada por 33 vértebras que se agrupan en 5 regiones: cervical, dorsal, lumbar y sacro-coccígea (que agrupa dos regiones) con forma, tamaño y movilidad diferentes entre sí, por eso en este apartado veremos los conceptos generales de cada parte de la columna.
La columna cervical
La región cervical está compuesta por siete vértebras y está localizada en el cuello.
Sus vértebras son pequeñas en tamaño pero su movilidad es muy grande. Soporta el peso de la cabeza y por esto sufre con frecuencia lesiones por sobrecarga en trabajos que precisan tener la cabeza flexionada hacia adelante. También sufre con frecuencia traumatismos especialmente de tráfico o deportivos.
La columna dorsal
Debajo de la columna cervical se encuentra la región dorsal o torácica, compuestas por 12 vértebras de tamaño medio. Debido a que está situada en el tórax y a que cada vértebra está unida a dos costillas —una por cada lado—, tiene menos movilidad que la columna cervical.
El movimiento de esta región sólo es de giro o rotación, sin que exista posibilidad de movimientos hacia adelante o hacia atrás.
La columna lumbar
La columna lumbar tiene 5 vértebras de gran tamaño y con una gran movilidad hacia adelante y hacia atrás. Se extiende desde donde terminan las costillas en el tórax hasta la pelvis, donde termina la cintura.
Esta región soporta todo el peso del tronco, los brazos y la cabeza, sobrecargándose con gran facilidad si la musculatura no es muy fuerte o el trabajo que se realiza es muy duro. Por eso no es de extrañar que sea la zona de la columna con más problemas y la que se somete a cirugía con más frecuencia.
La columna sacro-coccígea
Por debajo de la columna lumbar se encuentran dos regiones, de cinco vértebras cada una, que son la región sacra y la región coccígea.
Las vértebras en estas dos zonas están unidas unas a otras, formando un bloque de hueso que no presenta movilidad. Los problemas en esta zona son muy infrecuentes a no ser que existan fracturas o tumores.
Cada vértebra está unida a la de encima y a la de abajo por una estructura elástica en forma de disco que se denomina disco intervertebral. Reforzando esta unión se encuentran varios ligamentos de extraordinaria fortaleza que mantienen las vértebras formando una columna y evitando que se deslicen o se separen.
Desviaciones más frecuentes
La columna vertebral es completamente recta cuando se observa de frente. En los casos en que se pierde esta forma recta, curvándose hacia un lado, se dice que existe una escoliosis. Esta desviación de la columna es frecuentemente encontrada en niños y en ancianos, y es motivo habitual de consulta al especialista.
Cuando se observa la columna vertebral de una persona normal desde un lado, tiene una forma de “S” con curvas muy suaves. Si estas curvas desaparecen, enderezándose la columna hasta casi ponerse recta, se dice que hay una rectificación.
Este enderezamiento es debido a una intensa contractura muscular.
Si la columna se inclina o se dobla exageradamente hacia adelante, se denomina cifosis. Cuando la inclinación es muy exagerada hacia atrás, se dice que hay una hiperlordosis.
Las vértebras
Si se observa cada vértebra aisladamente, se puede comprobar que consta de una parte anterior de hueso macizo en forma cilíndrica llamada cuerpo vertebral, que se prolonga hacia atrás por una especie de horquilla llamada arco posterior, dejando un orificio en medio por el que pasa la médula espinal.
A los lados del arco salen unas prolongaciones óseas que se denominan apófisis. Todas estas apófisis sirven de punto de fijación de músculos muy potentes, responsables de la posición erguida y del movimiento de la columna así como de ligamentos que mantiene unida una vértebra a sus vecinas. Las apófisis más conocidas son las espinosas, que dan el aspecto de cuentas de rosario a la espalda cuando estamos inclinados hacia adelante.
Las vértebras de la columna vertebral tienen, además de una función de soporte de todo el cuerpo, otra muy importante que es la de servir de protección a la médula espinal y los nervios raquídeos que de ella salen.
La médula espinal
La médula espinal es una prolongación del cerebro y está formada por todos los nervios que, surgiendo del cerebro, van a parar a los músculos de todo el cuerpo, transmitiéndoles la orden para que se contraigan. También está formada por los nervios que llevan las sensaciones desde la piel o desde la vísceras hasta el cerebro, transmitiendo así el dolor, las sensaciones de frío o calor, el tacto, las posiciones de las articulaciones, etcétera.
La lesión de la médula espinal por un accidente o por una enfermedad produce una parálisis de los músculos y la desaparición de la sensibilidad por debajo de la zona lesionada.
Los nervios
De la médula espinal surgen los nervios o raíces nerviosas, llamadas así por su parecido con las pequeñas ramificaciones que van saliendo de la raíz principal en las plantas.
Su lesión dejará las mismas secuelas que las lesiones de la médula espinal pero la debilidad estará localizada en un músculo o grupo de músculos dando lugar a una paresia o parálisis, y a una disminución de la sensibilidad dejando una hipoestesia en un área pequeña. Otros síntomas acompañantes son la sensación de hormigueo, acorchamiento o a veces de quemazón (parestesias).
Como en cualquier lesión del organismo, también se produce dolor. El dolor no sólo se va a sentir en la zona afectada, sino que en muchas ocasiones se va a extender a otras regiones a veces muy alejadas, esto es a lo que se conoce como dolor irradiado o irradiación, un ejemplo típico es el dolor ciático cuyo origen está en la región lumbar pero que el paciente lo siente en el glúteo, la cara posterior del muslo e incluso en el pie.
Los discos invertebrales
Otra de las estructuras importantes dentro de la columna vertebral son los discos intervertebrales que están formados por una zona central a la que se llama núcleo pulposo que es el responsable de la compresión nerviosa en las hernias de disco. Este núcleo pulposo es como una pequeña canica de consistencia elástica colocada en el centro del disco y rodeada a su vez de un anillo, llamado anillo fibroso.
Cuando el anillo fibroso se fisura o se rompe, el núcleo pulposo que se encuentra en el centro del disco se va desplazando hacia atrás haciendo prominencia o abombando la parte posterior del disco, dando lugar a lo que se llama protrusión discal.
Si el anillo se sigue rompiendo, el núcleo pulposo se va moviendo hacia atrás hasta salirse completamente del disco, como si fuera el hueso de una cereza al apretarla, y se introduce en el canal medular tras romper el ligamento que hay detrás, comprimiendo la médula espinal o las raíces nerviosas. Esto es a lo que se llama hernia extruida. Aquí el daño no sólo se encuentra en el propio disco sino que una parte del mismo se escapa y origina una compresión nerviosa con debilidad muscular, acorchamiento e incluso falta de sensibilidad. No es de extrañar que en estos casos más avanzados, el único tratamiento posible sea, generalmente, la intervención quirúrgica con objeto de descomprimir el nervio aprisionado.
Articulaciones vertebrales
Conectando una vértebra a otra existen unas pequeñas articulaciones formadas por la unión de las apófisis articulares de la vértebra superior e inferior. Estas pequeñas articulaciones son muy importantes para que las vértebras se mantengan en su lugar al moverse la columna, e impiden que una vértebra se desplace hacia adelante sobre la que está debajo, perdiendo la alineación.
Estas articulaciones están especialmente afectadas por los fenómenos degenerativos que se dan en la artrosis y son unas de las mayores responsables de la aparición del dolor lumbar tan difícil de tratar.
La extirpación de estas articulaciones mediante una operación quirúrgica originaría lo que se llama una inestabilidad, que no es más que la expresión de esa falta de sujeción, provocando que las vértebras se deslicen y tiren de los nervios que salen entre cada dos vértebras, dando lugar así a un cuadro doloroso.
Para aliviar este dolor es necesario unir una vértebra a otra con un injerto (fusión vertebral), evitando así el deslizamiento vertebral y la tracción sobre los nervios. Esta es una de las intervenciones que se debe de hacer en casos de artrosis muy dolorosas, en los que el tratamiento del dolor tiene prioridad sobre la pérdida de la movilidad entre las vértebras fusionadas.
Importancia médica y repercusiones sociolaborales
Vamos a ver los conceptos generales a nivel médico y sociolaboral. Hace 30 años no existía apenas información acerca de la magnitud del problema del dolor de espalda. Los costes sociales y laborales que conllevan el diagnóstico, el tratamiento y las secuelas de estas enfermedades eran desconocidos. Sin embargo, hoy en día existe una información exhaustiva acerca de todos los aspectos relacionados con el dolor de espalda en cada país, como son, el número de personas afectadas anualmente, los factores de riesgo que predisponen a padecer dolor de espalda, la evolución, el pronóstico de la enfermedad, etcétera...
Revisiones en profundidad de la literatura médica han encontrado más de 600 publicaciones que tratan temas relacionados con patología de la espalda.
Incidencia del dolor de espalda
Merece la pena preguntarse por qué ha surgido este gran interés en los países industrializados por el estudio y tratamiento de las afecciones de espalda, mientras que en los países asiáticos y del Tercer Mundo en general, el dolor de espalda no deja de ser un mal menor que no merece la categoría de ser considerado un problema prioritario. Indudablemente existe un factor influyente de tipo psicológico, social o educativo que hace que para los habitantes de estos países el dolor de espalda forme parte de la vida cotidiana y no se considere una enfermedad.
Muy diferente es la situación de las personas que viven en los países más desarrollados que perciben los dolores de espalda como algo que les limita el disfrute de una vida mucho más cómoda.
No existen datos que hagan afirmar que hoy en día, en comparación con tiempos pasados, haya un mayor número de personas que sufren de enfermedades de la espalda. Lo que parece que sí ha cambiado es la percepción del problema por parte de la sociedad.
Proporción de personas afectadas
La proporción de personas afectadas por problemas de espalda es enorme. Se barajan cifras entorno al 5%, lo que viene a suponer que, en las sociedades industrializadas, 1 de cada 20 personas se queja de molestias en la espalda. En España esta proporción corresponde a unos dos millones de personas, lo que da una muestra de la magnitud del problema de salud que se está planteando.
Estas cifras son mucho mayores cuando se analizan determinadas profesiones que implican levantar pesos, empujar o tirar de objetos pesados de forma repetida o en conductores de larga distancia, alcanzando en estos casos cifras de hasta un 20% del total de trabajadores de estos ramos. Se piensa que de un 60 a un 80% de las personas de este planeta ha padecido o padecerá un episodio de lumbalgia a lo largo de su vida.
Repercusiones sociales y laborales
Las afecciones de la espalda generan un gran número de incapacidades, tanto de tipo temporal como de tipo definitivo, lo que significa una gran pérdida de horas de trabajo al año, algo que supondrá un elevado coste laboral y social.
Factores de riesgo
Se han realizado múltiples investigaciones tratando de encontrar cuáles son los factores responsables de la aparición de un mayor número de casos de dolor de espalda y de una mayor frecuencia de incapacidades laborales. Entre los más destacados están los llamados malos hábitos de salud (el tabaco, el alcohol y la obesidad) y la insatisfacción con el puesto de trabajo que se ocupa.
Otros factores también muy importantes son las alteraciones psicológicas, la búsqueda de indemnizaciones y la historia previa de incapacidades por otras causas. Estos mismo factores van a ser los asociados a una cifra alta de fallos en el tratamiento, tanto conservador como quirúrgico. Se ha comprobado que aquellas personas que buscan una incapacidad, se operan cuatro veces más que aquellas que no la buscan.
Coste económico
Mientras que las peticiones de incapacidad por enfermedades distintas al problema de espalda han aumentado unas cinco veces entre 1960 y 1980, las peticiones por enfermedades de espalda han aumentado unas 30 veces en el mismo periodo.
En EE UU, el coste de los problemas de espalda es de unos 100 mil millones de dólares, es decir, de unos 12 billones de pesetas anuales. De este coste, el 75% es debido a la incapacidad temporal o definitiva, calculándose que el 50% de los trabajadores falta un día de media al año por causa de sus problemas de espalda.
Todas estas cifras dan una idea de la magnitud del problema.
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