Esta infección representa un importante problema de salud en países en desarrollo y se asocia con diversas complicaciones, especialmente en el sistema nervioso central. En este artículo, exploraremos en detalle la cisticercosis, desde su ciclo de vida y formas de transmisión hasta los síntomas, diagnóstico y opciones de tratamiento disponibles. También analizaremos los factores de riesgo y las medidas de prevención que se pueden tomar para reducir la incidencia de esta enfermedad.
Descripción
La cisticercosis humana es una infección causada por la tenia porcina, Taenia solium (Tenia solitaria del ganado porcino). La infección ocurre cuando las larvas de la Tenia se introducen en el cuerpo y forman cisticercos (quistes).
La fase infectiva de la cisticercosis es la teniasis, en la que el parásito coloniza el sistema digestivo. En caso de pasar al torrente circulatorio, este se dirige a sus órganos diana: piel y músculo, dando lugar a la forma musculocutánea, también puede dirigirse a los ojos, y sistema nervioso central, ocasionando lo que se conoce como neurocisticercosis.
La cisticercosis es una enfermedad asociada a la pobreza en áreas donde se come carne de cerdo y donde estos animales se crían de manera tradicional. La mala higiene, un saneamiento deficiente y la utilización en la agricultura de aguas negras sin tratar o insuficientemente tratadas facilitan la propagación de la enfermedad.
Ciclo de vida de la Tenia
Este ciclo de vida implica la interacción entre los cerdos y los seres humanos:
- Ingestión de huevos: Los seres humanos se infectan al ingerir los huevos de la tenia excretados en las heces de una persona infectada con teniasis (infección intestinal por la tenia). Estos huevos pueden contaminar alimentos, agua o superficies.
- Desarrollo de larvas en los tejidos: Una vez que los huevos son ingeridos por los seres humanos, las larvas salen de los huevos en el intestino delgado. Luego, las larvas atraviesan la pared intestinal y se diseminan a través del torrente sanguíneo hacia diferentes tejidos del cuerpo, como los músculos, el cerebro y los ojos.
- Formación de cisticercos: En los tejidos, las larvas se desarrollan en quistes llamados cisticercos. Estos cisticercos pueden alojarse en diferentes órganos del cuerpo y crecer a lo largo del tiempo.
- Transmisión a través del consumo de carne de cerdo: Los cerdos se infectan al ingerir los huevos de la tenia excretados en las heces de una persona infectada con teniasis. Los cisticercos pueden alojarse en los tejidos musculares y en otros órganos del cerdo.
- Infección humana por consumo de carne de cerdo cruda o poco cocida: Cuando los seres humanos consumen carne de cerdo cruda o insuficientemente cocida que contiene cisticercos, las larvas se liberan en el intestino humano y se convierten en tenias adultas.
- Reproducción y eliminación de huevos: En el intestino humano, las tenias adultas producen miles de huevos que son liberados en las heces. Este ciclo de vida se repite cuando las heces contaminan el medio ambiente y pueden infectar a otros cerdos o seres humanos si no se toman medidas adecuadas de higiene y saneamiento.
Causas, incidencia y factores de riesgo
La infestación por este parásito se adquiere al ingerir carne de cerdo contaminada con el parásito (en cuyo caso el ser humano desarrolla teniasis) o al consumir verduras y hortalizas que han sido regadas con aguas negras, conteniendo el huevo de la Taenia solium (en cuyo caso el ser humano desarrolla cisticercosis). El hombre es el único huésped que puede alojar a la Taenia solium adulta, por lo tanto, es la única fuente de infección de la cisticercosis, siendo posible desarrollar la cisticercosis por autoinfección, aunque esto es poco frecuente.
La cisticercosis es endémica en todos los continentes excepto Australia, es muy rara en los países musulmanes donde está prohibido comer carne de cerdo. Es común en el África subsahariana, China, el subcontinente indio y el sureste asiático y es altamente endémica en áreas rurales de América Latina tales como México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil. Sin embargo, la verdadera incidencia de cisticercosis en humanos y porcinos es desconocida.
La neurocisticercosis afecta hombres y mujeres de todas las edades, con un pico de incidencia entre los 30 y 50 años de edad. Es uno de los mayores problemas de salud pública, esto visto en su prevalencia, que puede alcanzar hasta el 3.6% de la población general en algunas regiones.
Resumiendo entre los factores de riesgo tenemos:
- El consumo de carne de cerdo mal cocida e infectada.
- Frutas mal lavadas.
- Verduras contaminadas, crudas o mal cocidas y mal lavadas.
- Por contacto con personas infectadas.
- Por contacto con materia fecal infectada.
- Autoinfección.
Síntomas
Los signos y síntomas dependerán del lugar y número de los cisticercos (quistes) que se hallen en su cuerpo. La clínica puede debutar meses o años después de la infección.
Según los órganos afectados:
- La fase infectiva, la teniasis intestinal suele pasar desapercibida para el paciente, al ser asintomática o cursar con síntomas inespecíficos, como náuseas, dolor abdominal y diarrea.
- La afectación musculocutánea no suele producir limitación funcional ni molestias a los pacientes. Si estos consultan suele ser por la presencia de nódulos subcutáneos no dolorosos.
- Las lesiones oculares son lesiones poco frecuentes. Pueden ocasionar una disminución en la visión, visión borrosa o enturbiada, ceguera, hinchazón y desprendimiento de la retina.
- Las lesiones en el corazón pueden llevar a que se presente ritmo cardíaco anormal o insuficiencia cardíaca, aunque son también poco frecuentes y en su gran mayoría no producen repercusión clínica.
- La Neurocisticercosis, es decir, la afectación del sistema nervioso central, es la forma que con mayor frecuencia produce síntomas relevantes en el paciente. Estos dependen fundamentalmente de la localización de las lesiones, del número y del estadio evolutivo de estas. La forma más frecuente de presentación son las crisis epilépticas, siendo esta enfermedad la causa más frecuente de epilepsia en países endémicos. Los quistes pueden también producir obstrucción al flujo del líquido cefalorraquídeo, y dar lugar a un cuadro de hidrocefalia obstructiva, con cefalea, vómitos y un importante riesgo vital por herniación de estructuras intracraneales.
Diagnóstico
El diagnóstico es difícil y se requieren varios métodos diagnósticos. Para identificar lesiones se ordenan:
- Radiografías de partes blandas, donde pueden observarse calcificaciones musculares típicas.
- Tomografías computarizadas (TAC), con visualización de quistes característicos.
- Resonancia magnética (RM), que tiene una mayor definición que el TAC.
- Biopsia del área afectada.
- La técnica diagnóstica del inmunoensayo enzimático (ELISA).
- Análisis sanguíneos para ayudar a diagnosticar una infección.
La tomografía axial computada (TAC) y la resonancia magnética (RM) son capaces de detectar los hallazgos característicos o altamente sugestivos de cisticercosis del sistema nervioso central en más del 80% al 90% de los casos y son muy útiles en el seguimiento de la respuesta al tratamiento, pero la sensibilidad de cada método depende principalmente del estadio y ubicación anatómica de la enfermedad.
Tratamiento
El tratamiento de la cisticercosis se divide en tratamiento sintomático, para reducir o evitar la clínica derivada de la infección, como puede ser el tratamiento con fármacos antiepilépticos o con corticoides para reducir la inflamación; y en tratamiento contra el parásito en sí. Para este último, disponemos de varios antibióticos, como el praziquantel o el albendazol, aunque siempre hay que valorar cada caso en particular, ya que dependiendo del estadio evolutivo y de la localización, no todos los casos de cisticercosis son tratables.
En algunos casos, puede ser necesaria la cirugía para extirpación de los quistes, sobre todo en aquellos que comprometen la circulación del líquido cefalorraquídeo. Se están desarrollando nuevas técnicas endoscópicas que permiten reducir el daño secundario a la cirugía, con la misma eficacia.
Pronóstico
El pronóstico difiere considerablemente de acuerdo a la localización, estadio del ciclo de vida y el número de parásitos en el sistema nervioso central. Cuando no hay lesiones cardíacas, daño cerebral o ceguera, el pronóstico es generalmente bueno.
Prevención
- Lavarse bien las manos con agua y jabón, después de evacuar y antes de ingerir alimentos.
- Evitar consumir alimentos que no estén lavados o cocidos.
- Lavar con agua corriente frutas y verduras.
- Evitar comer cerdo y otras carnes crudas o insuficientemente preparadas.
- No comer carne de cerdos que pueden haber sido infectados con la tenia.
- Beber sólo agua embotellada o hervida (por 1 minuto) o bebidas carbonatadas (con burbujas) en latas o botellas. No beber de fuentes o bebidas con cubitos de hielo.
- Provisión de agua limpia y de saneamiento: disposición adecuada de excretas humanas, a través del uso de drenaje o letrinas.
- Medicar a toda persona que haya adquirido el parásito.
- El tratamiento debe ir acompañado de medidas veterinarias, como la mejora de la inspección y el control de la carne, la mejora de la cría de cerdos y de su inspección, y el tratamiento de los animales infestados.
- La educación sanitaria acerca de la transmisión de los parásitos y de cómo mejorar los hábitos de higiene y las condiciones sanitarias de personas y animales.
- La mejora generalizada de las condiciones de vida.
- Una legislación adecuada.
Recursos
- Teniasis y cisticercosis (OMS).
- Organización Panamericana de la salud (PAHO):Enfermedades desatendidas: enfermedades de la pobreza
- Guías de prácticas correctas de higiene veterinaria.
Para comentar esta información u otros contenidos, y seguir todas las novedades, puedes hacerlo seleccionando "Me gusta" en Facebook Discapnet y "Seguir" en Twitter Discapnet.
-
Autor(es): Luis Maita, Obra: Cisticercosis, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/enfermedades/enfermedades-endemicas/cisticercosis
Copiar