El esguince es una lesión común que afecta a los ligamentos, que son los tejidos conectivos que unen los huesos entre sí. Esta lesión puede ocurrir en diferentes partes del cuerpo, como la muñeca, el tobillo, la rodilla, entre otras. En este artículo, exploraremos en detalle el esguince, centrándonos en sus causas, síntomas, diagnóstico y opciones de tratamiento. También discutiremos las medidas preventivas que se pueden tomar para reducir el riesgo de sufrir un esguince.
Descripción del esguince
Un esguince es la lesión de uno o varios ligamentos que estabilizan una articulación. Los ligamentos son cordones fibrosos que presentan gran resistencia, encargados de mantener la integridad articular durante los movimientos.
El esguince más común y, por lo tanto, el más conocido es el que afecta al tobillo. Sin embargo, se producen esguinces en muchas otras localizaciones, como por ejemplo, rodilla, muñeca, hombro, codo y articulaciones de los dedos.
Para medir la gravedad del esguince se utiliza el grado de lesión ligamentosa, es decir, si el ligamento afectado ha sufrido tan solo un estiramiento excesivo, rotura parcial o total. También se analiza el número de ligamentos afectados.
Tipos de esguinces
Se clasifican en tres niveles:
- Esguinces de grado I.- son los más leves. Los ligamentos no llegan a romperse. Hay distensión o estiramiento de los ligamentos.
- Esguinces de grado II.- de gravedad media, los ligamentos se rompen de forma parcial porque se superan los niveles de elasticidad.
- Esguinces de grado III.- son los más graves y los que precisan de mayor tiempo para su curación. Se producen cuando hay rotura completa de ligamentos.
Causas
Los esguinces suceden por diferentes causas. En todas ellas se fuerza a la articulación a situarse en una posición que no es la natural, es decir, hay un desplazamiento excesivo de la articulación hacia posiciones no normales. Lo normal en el esguince de tobillo es que se produzca un desplazamiento hacia fuera, pero también puede suceder lo contrario.
Movimientos o estiramientos bruscos, tropezones, caídas, golpes o saltos, pueden ser el origen de esta lesión muy común en la actividad diaria. Es muy habitual que se pueda producir un esguince cuando se inicie la práctica deportiva sin haber realizado un calentamiento previo o cuando se practica en una superficie que presente desigualdades.
Síntomas
El esguince se identifica por:
- Dolor intenso en la zona afectada en el momento de la lesión.
- Sensibilidad al tacto.
- Hinchazón.
- Aparición de hematomas.
- Imposibilidad de caminar o realizar determinados tipos de movimientos.
- Impotencia funcional.
Diagnóstico
El examen físico, así como el relato del traumatismo sufrido, suelen ser suficientes para el diagnóstico. El médico examinará la zona afectada y evaluará el alcance de la lesión. Realizará una exploración de la movilidad articular y palpación para descubrir el punto máximo del dolor. Al examen físico se le acompañará de un examen radiológico, cuando se den factores como incapacidad para descargar el peso sobre el pie afectado o la presencia de dolor en la zona maleolar (sospecha de fractura asociada). El afectado comentará con el médico la forma en la que se ha producido la lesión y se ha producido ruido audible o sensación de desgarro.
Si la lesión no se identifica de forma clara mediante la exploración y la radiografía simple, es posible que el médico solicite otras pruebas complementarias, aunque raras son las ocasiones en las que son necesarias.
Tratamiento
Es importante acudir con rapidez al especialista para que evalúe la lesión, ya que un esguince mal curado podrá provocar problemas futuros, tales como inestabilidad al caminar, debilidad en pierna y tobillo y facilidad para la recurrencia de la lesión. Además, el médico podrá apreciar si existen otras lesiones asociadas al esguince y determinará la manera más aconsejable de llegar a una solución óptima.
Para tratar el esguince, los especialistas recurren a cuatro opciones fundamentales:
- Reposo. Puede que sea necesaria la inmovilización de la zona afectada mediante un yeso, una férula o bota para caminar. El médico le aconsejará, si fuese necesario, el uso de bastones o muletas para descargar la articulación y le explicará como debe utilizarlos. El tiempo que se ha de estar en reposo dependerá de la gravedad de la lesión.
- Hielo. La aplicación de frío local es aconsejable en el momento agudo de la lesión, tanto para el alivio sintomático como para reducir la inflamación. Es importante no aplicar el hielo directamente sobre la piel. La mejor forma de hacerlo será envolviéndolo en tela o llenando una bolsa de plástico. Más allá de las primeras 24 horas no suele ser necesario.
- Vendaje. Será necesario comprimir la zona lesionada usando vendajes o medias elásticas. Se emplea una venda elástica o semielástica, porque puede adaptarse con mayor facilidad a la zona lesionada. El objetivo es inmovilizar la articulación afectada, y reducir la inflamación y los hematomas. Se tiene que tener en cuenta que el vendaje debe ser firme, sin apretar en demasía, porque podrían producirse problemas de circulación de sangre. El tiempo que se deberá permanecer con el vendaje lo determinará el profesional.
- Elevación. Mantener elevada la articulación, para facilitar el retorno venoso y reducir la inflamación.
Una vez tratados de forma adecuada el dolor y la inflamación, el médico puede recomendarle una serie de ejercicios físicos para evitar la rigidez, aumentar el movimiento y conseguir fuerza en la zona lesionada. La rehabilitación o acudir a fisioterapia siempre son aconsejables.
En los casos más graves será necesario acudir a la cirugía para reparar el ligamento.
Durante todo el proceso puede necesitar medicamentos que alivien el dolor (paracetamol, ibuprofeno o aspirina) o la inflamación (antiinflamatorios).
Prevención
Es de suma importancia en la prevención de las torceduras la utilización de un calzado adecuado, que se adapte bien al pie, que sea cómodo y que no aparezca desgastado de forma irregular.
Si va a practicar algún deporte deberá realizar ejercicios de calentamiento y estiramiento. Asimismo, debe ser consciente del tiempo que dedica a realizar la actividad física. Los esfuerzos excesivos pueden ocasionar tanto lesiones como recaídas. Si siente dolor será conveniente interrumpir la actividad que se lleve a cabo.
Si practica deporte de forma habitual debe utilizar la equipación adecuada. Es recomendable el uso de tobilleras que sujeten el tobillo.
Mantener un peso adecuado, cuidar la alimentación y hacer ejercicio diariamente son consejos necesarios.
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Autor(es): Luis Maita, Obra: Esguince, Publicación: , Última actualización: , Lugar de publicación: Madrid, URL: https://www.discapnet.es/salud/salud-laboral/enfermedades-laborales/esguince
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