Dentro de las cefaleas crónicas continuas, encontramos una serie de tipos como la cefalea tensional, la cefalea crónica diaria, la cefalea debida a trastornos cervicales y las cefaleas debidas a estructuras vecinas al cráneo. Revisemos cada una de ellas en detalle.
Cefalea tensional
Es el tipo de cefalea más frecuente y afecta a personas de cualquier edad, aunque, a diferencia de las migrañas, es característica de edades más tardías. Persiste sin cambios importantes en su intensidad durante muchos años y afecta con más frecuencia a mujeres.
Los dolores pueden aparecer casi a diario y permanecer semanas, incluso meses. En ocasiones el alcohol y el ejercicio pueden aliviarla, a la inversa de lo que ocurre en las migrañas. El dolor suele aparecer por la tarde e ir aumentando progresivamente, aunque no suele impedir el sueño.
Características de las cefaleas tensionales
- Opresiva, no pulsátil (sensación de casco o banda que aprieta).
- Intensidad leve o moderada.
- Bilateral (frontal, occipital o localizada en la nuca).
- No aumenta con la actividad física.
- No se acompaña de vómitos, ni intolerancia al ruido o la luz.
Causas y síntomas
La mayoría de estos cuadros son debidos a situaciones de estrés o ansiedad, suelen aparecer en personas con preocupaciones laborales o familiares o en personalidades obsesivas y perfeccionistas, como también ocurre en los migrañosos.
A menudo, la cefalea es el primer síntoma, o un síntoma más, de un cuadro depresivo subyacente o de otros procesos psicológicos, como ocurre en personalidades hipocondríacas (que padecen preocupación excesiva por mínimos síntomas que la persona atribuye a graves enfermedades).
Debido a la fuerte implicación de los factores psicológicos en la producción de este tipo de dolor, los analgésicos habituales no suelen controlar el cuadro completamente, siendo necesario recurrir a otros tratamientos psicológicos que ayuden a combatir el problema subyacente, así como a distintas técnicas de relajación, que se comentarán en el capítulo de tratamientos no farmacológicos de la cefalea.
Diferencias entre cefalea tensional y migraña
Las cefaleas tensionales y las migrañas, aunque tienen algunas características comunes, son dos entidades diferentes, con causas y mecanismos de producción distintos. Clínicamente, existen algunas características que pueden diferenciarlas y que se exponen a continuación.
Cefalea tensional | Migraña |
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Cefalea crónica diaria
Es un problema frecuente que puede representar tanto la evolución de una migraña, como el resultado de episodios muy frecuentes de cefaleas tensionales.
Son cefaleas de intensidad moderada, que aparecen casi a diario, sin responder a los tratamientos habituales. En ocasiones, el abuso de fármacos para el tratamiento de las cefaleas genera una dependencia farmacológica que puede llevar a hacer crónica una cefalea.
Este tipo de cefaleas por abuso de fármacos aparece cuando se usan a diario o casi a diario fármacos como Aspirina®, paracetamol, compuestos con cafeína o ergotamínicos. Por ejemplo, una persona que tenga dolores de cabeza diarios y tome 2 o 3 aspirinas u otro analgésico habitual, sufrirá una cefalea por exceso de fármacos.
Al principio la medicación alivia las molestias, pero con el tiempo deja de ser efectiva. Cada vez el efecto de la medicación dura menos tiempo y se aumenta la frecuencia con que se toma el fármaco conduciendo al enfermo a un círculo cerrado.
La supresión de una toma lleva a una fuerte cefalea, pero sólo la supresión completa del fármaco conseguirá, paradójicamente, la mejoría de estas cefaleas. Durante el periodo de supresión del fármaco pueden empeorar las cefaleas, por lo que debe llevarse a cabo bajo control médico. Una vez que se ha conseguido suprimir la necesidad de tomar el fármaco, se pueden iniciar tratamientos para prevenir la nueva aparición de cefaleas.
Cefalea debida a trastornos cervicales
En las consultas de neurología es frecuente encontrar pacientes que, antes de explicar sus síntomas, dicen que su problema es que padecen de las cervicales. Habitualmente, este diagnóstico se ha obtenido con base en un informe radiológico, en el que, la mayoría de las veces, sólo se encuentran cambios degenerativos articulares tipo cervicoartrosis, propios de la edad, que no implican patología cervical propiamente dicha.
Sin embargo, a estos cambios en la columna cervical se les suele atribuir erróneamente el origen del dolor de cabeza. La inmensa mayoría de estas cefaleas por padecimiento de cervicales son simplemente cefaleas tensionales.
La cefalea de origen cervical, propiamente dicha, es extremadamente infrecuente e incluso discutida su existencia por muchos expertos en el tema, aunque en ocasiones existen trastornos funcionales o anomalías estructurales congénitas o adquiridas, que podrían originar cefaleas al favorecer posturas anómalas y contracciones musculares sostenidas.
Características de la cefalea de origen cervical
Para diagnosticar una cefalea cervical se tienen que cumplir los siguientes criterios:
- Asociada a dolor en el cuello o la nuca.
- Empeora con movimientos o posturas del cuello.
- Movimientos cervicales limitados.
- Cambios en la consistencia o aumento en la sensibilidad dolorosa de la musculatura cervical.
- Anomalías importantes en los estudios radiológicos: malformaciones vertebrales, fracturas antiguas, artritis reumatoide u otras alteraciones siempre diferentes de cervicoartrosis.
Cefaleas debidas a estructuras vecinas al cráneo
Los dolores de cabeza también pueden ser consecuencia de procesos que afecten a algunas estructuras extracraneales. Las características generales de estas cefaleas son las siguientes:
Características clínicas de cefaleas originadas en estructuras extracraneales
- Evidencia clínica de alteración de estas estructuras (senos, ojos...).
- Dolor localizado en las estructuras afectadas, que se puede irradiar a áreas más distales, produciendo una localización más difusa.
- El dolor desaparece con la curación de la enfermedad subyacente.
Cefalea debida a trastornos oculares
Los procesos inflamatorios de los ojos y las órbitas cursan con dolor asociado a otros signos como enrojecimiento ocular y lagrimeo. Este dolor, descrito como sensación de quemazón, puede ser muy intenso y propagarse a zonas vecinas.
El glaucoma agudo (aumento de presión en el ojo) y, en ocasiones, las inflamaciones oculares, pueden producir un dolor intenso ocular que se irradia difusamente por la cabeza, dando lugar a una auténtica cefalea. Si el dolor ocular se asocia a pérdida de visión en el ojo afectado, hay que pensar en inflamaciones del nervio óptico. En estos casos el paciente debe ser evaluado inmediatamente por un oftalmólogo.
Los defectos de refracción (ametropías) no corregidos, como son la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo, pueden causar cefaleas localizadas en la frente. Habitualmente son de intensidad moderada, agravándose con los esfuerzos visuales prolongados.
Cefalea debida a alteraciones en los oídos y senos paranasales
- La obstrucción nasal, tanto de origen mecánico como alérgico o inflamatorio, puede producir una cefalea.
- Aunque las sinusitis son causa de dolor de cabeza o facial, este problema está sobrediagnosticado. Es habitual oír “mis dolores de cabeza son debidos a que tengo una sinusitis”, en ocasiones, si no se encuentra ninguna causa y se observa alguna anormalidad en los senos, se le achaca a esto el origen de la cefalea. Sin embargo, alteraciones inespecíficas o las sinusitis crónicas, que son las más frecuentes, no suelen producir cefaleas ni dolor facial, por lo que probablemente la causa de estas cefaleas sea otra diferente, frecuentemente una cefalea tensional.
- Las sinusitis agudas, por el contrario, sí se asocian a dolores localizados en el seno afectado. El dolor se localiza alrededor de la nariz, en ocasiones se extiende hacia la frente y los ojos. Es un dolor profundo y constante. Este dolor aumenta con la presión y se asocia con los síntomas propios de las sinusitis, como obstrucción nasal, fiebre, aumento de la mucosidad, que puede ser purulenta. En estos procesos agudos, el tratamiento de la sinusitis es eficaz y resuelve las molestias, no siendo, por tanto, la causa de cefaleas de muy larga duración.
- En ocasiones, las otitis pueden causar un dolor intenso y pulsátil que aumenta con la masticación y al presionar por debajo del lóbulo de la oreja y que se irradia por toda la cabeza.
- El dolor de origen dental, relacionado con procesos infecciosos o inflamatorios de los dientes o de las encías, pueden cursar con dolor importante, propagándose a otras zonas de la cabeza.
- Las alteraciones de la articulación temporomandibular producen dolores localizados en la mandíbula, que fundamentalmente se asocian al movimiento de la articulación. El dolor es de inicio brusco e intenso, produciendo una limitación de la apertura y cierre de la boca y se acompaña de un chasquido en la zona articular. Este tipo de dolores se debe tanto a alteraciones en las superficies articulares, que ocasionan un mal funcionamiento de la articulación, como a trastornos inflamatorios de la misma. También pueden ser debidas a una contracción continuada de la mandíbula relacionada con cuadros de tensión psicológica.