· Aspace
Mujeres con parálisis cerebral reclamaron el pasado miércoles al Gobierno que actúe para “poner fin a las situaciones de violencia institucional” que viven a diario con el objetivo de que “se cumplan de una vez sus derechos”.
Así lo atestiguaron Rocío Molpeceres, Mayte García, Laura Utrero, Silvia Lafuente y Rosa María Blanco durante la jornada ‘Visibilizando lo invisible: La discriminación interseccional de las mujeres con parálisis cerebral’, organizada por Confederación Aspace y presentada por su delegada de Derechos Humanos y coordinadora de Incidencia, Ángeles Blanco, en la que se explicó que alrededor del 47% de las mujeres con parálisis cerebral viven situaciones de discriminación a diario, casi el doble que los hombres con este tipo de discapacidad.
En la jornada también estuvieron presentes la fiscal de Sala de los Servicios de Protección de Personas con Discapacidad y Mayores, María José Segarra; el director general de Derechos de las Personas con Discapacidad, Jesús Martín Blanco; y la presidenta de Confederación Aspace, Manuela Muro.
En su intervención, Muro subrayó que “en 2022 recibimos 92 consultas de mujeres con parálisis cerebral en nuestro servicio de asesoría jurídica, de las cuales 32 tenían que ver con situaciones de violencia”.
También sobre la situación que viven en diferentes esferas de su vida como la salud, la sexualidad, la inserción laboral, la educación o el acceso a la comunicación. En ese sentido, adujo que “las mujeres encuentran muchas barreras para que sus derechos se vean cumplidos y, por eso, tenemos claro que los cambios que necesitamos pasan por cambiar la mirada hacia ellas”.
Esto le sirvió para aseverar que “debemos dejar a un lado el modelo social capacitista en los discursos feministas, nombrarlas en nuestro ordenamiento jurídico de forma específica, con sus necesidades de apoyo y con su realidad”.
Por su parte, Jesús Martín Blanco reafirmó su compromiso con los derechos de las mujeres y las niñas con parálisis cerebral y reseñó que su departamento está ultimando una macroencuesta específica sobre la violencia perpetrada contra este segmento de la población.
Del mismo modo, atestiguó que se está avanzando en la reforma de la ley de dependencia con el objetivo de blindar la asistencia personal como “uno de los dispositivos más empoderadores para las personas con discapacidad, especialmente de aquellas con mayores necesidades de apoyo”.
A su vez, María José Segarra recordó que se ha avanzado para conseguir el reconocimiento de la comunicación aumentativa y alternativa en el ámbito judicial para que las mujeres con parálisis cerebral “puedan ejercer su derecho de acceso a la justicia”.
Cabe destacar que Confederación Aspace está colaborando con la unidad coordinadora de discapacidad y mayores de la Fiscalía General del Estado, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la asociación a favor de personas con discapacidad de la Policía Nacional en la elaboración de un protocolo de prevención, detección y abordaje de la violencia sexual en mujeres con parálisis cerebral.
Testimonios
Por otro lado, Mayte García incidió en la actitud de la sociedad hacia las mujeres con parálisis cerebral, testimoniando que “la mayoría de nosotras tenemos movimientos involuntarios y dificultades para pronunciar, y como no nos entienden creen que lo que decimos carece de sentido y ni siquiera nos escuchan”; de hecho, continuó, “si vamos acompañadas, se dirigen al acompañante, como si nosotras no estuviéramos presentes. Y cuando vamos solas nos infantilizan cambiando el tono de voz y utilizando diminutivos”.
En la misma línea, Silvia Lafuente señaló que “las personas no tienen paciencia para escucharnos, por lo que me siento ignorada e impotente y por eso a veces uso un sistema de comunicación aumentativa”.
En cuanto al empleo, manifestó que no pudo acceder a un empleo público, ya que cuando se inscribió en la bolsa de empleo le dijeron que tenía que ser “funcionalmente válida, en mi caso comunicativamente, y el centro de discapacidad dijo que no lo era por cómo me comunico y nunca más he podido trabajar”.
Rosa María Blanco arguyó que “al final nos agotamos de estar siempre demostrando todo lo que tenemos que hacer”. Esta mujer también contó cómo fue sometida a una mastectomía bilateral porque, al no contar con equipos adaptados a sus necesidades físicas, no se podía definir el alcance del cáncer de mama que le habían diagnosticado, por lo que pidió que “las mujeres con discapacidad formemos parte de los cribados para la detección del cáncer de mama”.
Rocío Molpeceres rememoró que en el colegio nadie le enseñaba a leer porque tenía mayores necesidades de apoyo a nivel físico. “Entendieron que por mi discapacidad yo no podía aprender a leer y tenía que pintar, pero yo me aprendía las letras y hoy en día soy diplomada en trabajo social”.
Por último, Laura Utrero expuso que actualmente acude a la universidad para estudiar un doble grado en Economía y ADE, siendo su madre quien le acompaña para atender sus necesidades, ya que la legislación en vigor no contempla la figura de la asistencia personal.
Para finalizar la jornada, se proyectó el vídeo ‘Somos mujeres. Nómbranos’, en el que, a través de sus historias, Rocío Molpeceres, Mayte García, Laura Utrero, Silvia Lafuente y Rosa María Blanco solicitan que la sociedad las vea como a las demás mujeres.
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