· Clínica Baviera
El glaucoma es una enfermedad ocular caracterizada por la pérdida de visión como consecuencia de un daño en el nervio óptico y que afecta a más de un millón de españoles. En la mayoría de los casos no provoca síntomas hasta fases avanzadas por lo que se estima que la mitad de los afectados podrían estar sin diagnosticar. Es por eso por lo que, con motivo del Día Mundial del Glaucoma, que se celebra hoy 12 de marzo, los oftalmólogos recomiendan revisarse la vista una vez al año a partir de los 50 años, de forma que se pueda realizar un diagnóstico precoz de la misma y evitar así su evolución y consecuencias.
Cualquier persona a cualquier edad puede padecer glaucoma, sin embargo, las probabilidades aumentan según se van cumpliendo años, de ahí la importancia de revisarse la vista a partir de los 50 años. Además de la edad, existen una serie de factores de riesgo que pueden predisponer a desarrollarlo tales como, la miopía alta, la hipertensión ocular, tener antecedentes familiares de glaucoma, tener diabetes o hipertensión arterial o haber sufrido un traumatismo ocular. “Dentro de estos factores destaca el aumento de la tensión o presión intraocular”, explica el doctor Dr. Gonzalo Muñoz, director médico de Clínica Baviera, “una tensión ocular normal oscila entre os 12 hasta los 21 mm Hg, aunque la cifra puede variar de una persona a otra. Por encima de los 21 mm Hg es cuando existe riesgo de padecer glaucoma ya que esa alta presión puede causar daños en el nervio óptico. Sin embargo, no todo los casos de glaucoma presentan presiones intraoculares elevadas, por lo que hay que estar muy atentos a los demás factores”, añade.
“La pérdida de visión provocada por el glaucoma se suele producir de forma muy lenta y suele afectar primero a la visión periférica (lateral), llevando a lo que se conoce como visión de túnel o visión en cañón de escopeta. Además, estos síntomas no suelen hacerse patentes hasta que el nervio óptico no está seriamente afectado y los daños causados son irreversibles por lo que son fundamentales la prevención y el diagnóstico precoz”, asegura el doctor.
Su detección se realiza a partir de un examen oftalmológico completo que incluya al menos dos de las siguientes pruebas: medición de la presión intraocular, revisión del ángulo de drenaje del ojo, examen del nervio óptico, prueba de visión periférica y medición del espesor de la córnea.
Tratamiento del glaucoma
El tratamiento del glaucoma dependerá de las características de la enfermedad, del paciente y del momento en el que se haya diagnosticado. “Como el factor común en gran parte de los glaucomas es la presión intraocular elevada, la gran mayoría de tratamientos están dirigidos a controlarla. Por eso, el tratamiento farmacológico con colirios hipotensores suele ser el primer paso para tratarla”, indica el doctor Muñoz, “no obstante, en algunos casos puede ser preciso emplear cirugía láser (trabeculoplastia) o cirugía convencional (esclerectomía no perforante) con el fin de crear una nueva vía de drenaje que ayude a rebajar la presión intraocular que sufre el paciente”, concluye el director médico de Clínica Baviera.
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