Ciclo de Cine en la AACCE: Maudie (Discapacidad física e intelectual)

El próximo 12 de noviembre a las 19:00, se proyectará en la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España (AACCE) la película 'Maudie, el color de la vida', dedicada a la pintora Maud Lewis que sufrió artritis reumatoide casi toda su vida hasta llegar a impedirla realizar lo que más la gustaba que era pintar. Una historia muy recomendable para ver y que nos pondrá en la piel de las personas que sufren este tipo de discapacidad.

Sinopsis

Maud Lewis (o Maudie) fue una pintora canadiense conocida por sus dibujos coloristas de estilo folk, repletos de pájaros, flores, gatos y ciervos. Fue una pintora autodidacta, y su vida no fue fácil ya que estuvo marcada por la artritis reumatoide que padecía desde joven, que deformó su pequeño cuerpo hasta imposibilitarla para poder pintar. Su vía de escape fue conocer a Everett Lewis (Ethan Hawke), un pescador soltero y huraño. Juntos comenzarán una relación, que no comenzó con buen pie, pero que con el tiempo, sacará a relucir el espíritu indomable de su compañero y sus sentimientos más profundos.

La película que dedica la directora irlandesa Aisling Walsh a esta mujer, 'Maudie, el color de la vida', capea con tantos aciertos como errores los tics de este tipo de drama biográfico.

La figura de Maud Lewis era sin duda carne de biopic, tan famosa en Norteamérica como prácticamente desconocida en Europa. Resulta toda una singularidad como artista, en tanto se escapa de las corrientes más en boga a lo largo del siglo XX y de los tópicos con que se asocia a los pintores. Ni bohemia, ni atormentada, ni estrella ni postmoderna, sino todo lo contrario, Lewis sin embargo sí responde a otro lugar común que se adora en las narrativas en torno al mundo del arte: la del genio anónimo que alguien descubre por azar. Además, la pintora consiguió notoriedad a pesar de desarrollar toda su obra sin moverse del lugar donde residía. Para más inri, las dificultades y dolores físicos con los que convivió toda su vida y el hecho de haber salido adelante a pesar de la poca confianza que le mostraron sus allegados convierten su vida en un ejemplo perfecto de historia de superación personal.

Conoce a Everett, que la aloja en su minúscula casa de madera en medio de la nada. El hombre vive en unas condiciones más propias del siglo XIX y para embellecer un hogar tan austero, Maude pinta motivos alegres en todos los lugares de la casa. Una clienta de Everett proveniente de Nueva York descubre su talento y empieza a promocionarla. El relativo éxito de la pintora no cambia su estilo de vida. Se mantiene al lado del gruñón de su marido, en su casita de madera sin comodidades pintado cada día al menos una nueva obra.

Aisling Walsh construye esta película a la medida del personaje. Como la pintora, el film no abandona el marco de los paisajes límpidos, abiertos y ventosos de Nueva Escocia donde Maude residió hasta su muerte y que le sirvió de inspiración para todos sus cuadros. Así también calibra su éxito desde su punto de vista. No hay ninguna escena que nos muestre al mundillo del arte hablando sobre su obra, a Richard Nixon (su cliente más famoso) descubriendo sus cuadros o a docenas de aficionados interesándose de repente por sus pinturas.

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